Me llamo "El Molino" y soy un complejo infantil concebido para atender las necesidades formativas y educativas de niñ@s de 0 a 3 años. Para ello, disponemos de personal cualificado, material pedagógico, modernas aulas, una amplia sala de usos múltiples y patios exteriores con árboles, columpios, campo de aventura, circuito de psicomotricidad, camas elásticas, huerto, granja...
Soy un edificio de tres plantas y varios patios grandes. El acceso al interior de mis dependencias y a los patios se hace bien directamente o mediante amplias rampas de pendiente muy suave. Fuera del dominio, pero en el interior de la parcela, existen otras instalaciones: una piscina, un campo de fútbol, una pista de squash, un campo de aventura con diferentes puentes colgantes, un rocódromo de escalada con 60 metros, un huerto, una granja con conejitos y un almacén...
Tengo una valla a mi alrededor que me diferencia del resto y que evita que os salgáis de las zonas permitidas. En los meses de más calor los patios los cubren con toldos para dar sombra y hacer más confortable los juegos de mis inquilinos más pequeños.
De forma genérica tenemos tres aulas formativas, un aula de usos múltiples y comedor.
Me encuentro a la entrada de Huetor Vega, en el límite con Granada, y a tan solo 800m de la Ronda Sur, si vienes por la rotonda de Huetor. Estoy situado al pie de la ladera del Serrallo-Los Rebites, en una zona tranquila y rodeado de espacios verdes. Frente a mi puerta se encuentran unas tierras de labor y un enorme castaño de indias, con cerca de 50 metros de altura, visible desde cualquier punto de acceso. Detrás de este emblemático castaño, están las ruinas de la Casería de Santo Domingo, que da nombre a este rincón de Huetor Vega.
Como fundamento y valor primario está la dignidad de la persona, su responsabilidad de ser libre. Responsabilidad fundada en su propia naturaleza, a un tiempo espiritual y social; responsable ante sí mismo y ante la sociedad en todo el quehacer de su desarrollo humano y social.
La estructura está formada por cuatro hilos esenciales:
Por orden de importancia haremos una pequeña reflexión sobre cada uno de los tres componentes de la Comunidad Educativa.
Aclaremos desde el principio, que no son los intereses de los padres, ni de los educadores-colegio, sino los propios y racionales intereses del alumn@, los que han de marcar la marcha del Centro Infantil. El Centro Infantil, ha de ser una continuación del hogar, donde niñ@s, como en casa, rodeados de entrega y cariño, amplíen sus horizontes al próximo futuro al que se van abriendo paulatinamente sus vidas. Finalmente en un clima de cariño, acogimiento, equilibrio y trabajo, se irán forjando en lo que serán mañana con la adquisición de conocimientos y destrezas, tanto en los ratos de ocio, como en cualquier actividad escolar o extraescolar.
Los padres o tutores nos traen sus hij@s al Centro Infantil para ayudarles en la formación de los mismos. Sólo ellos son los educadores esenciales y finales. Para eso conoceremos sus criterios al respecto, con la finalidad de conseguir una unanimidad razonada. Por lo que más de una vez tendrán y tendremos que rectificar unos y otros. Lo que importa es la persona concreta del hij@-alumn@, su bien. La familia necesita “ver” que a sus hij@s se les quiere de verdad en el Centro Infantil, lo que comprueban en el conocimiento y cuidado integral que tenemos de ellos. Los padres necesitan que el profesorado esté abierto a la información sobre su hij@.
Aunque auxiliar de los padres en la educación de sus hij@s, el educador ha de serlo por vocación. Su misión de animador debe tomarla muy enserio. Un educador ha de ser espejo donde se mire el alumn@; guía y responsable con su comportamiento; imparcial en el trato; justo en la corrección, y siempre cariñoso. Además de estar al dia en el conocimiento de su materia debe derrochar conocimiento del alumn@ y su desarrollo evolutivo. Aprovecharse de la capacidad lúdica del alumn@ para hacer de su labor educativa un auténtico juego. El niñ@ siempre juega, también cuando aprende. Basados en la necesidad de la experiencia, hemos optado por la aceptación del sistema de “enseñanza en equipo” o “teamteaching”. Pues fuera de las ventajas que presenta para el alum@, ayuda sobre manera al educador poder compartir con otros compañeros sus conocimientos y sus límites o deficiencias; aquéllos para ampliarlos y contrastarlos, éstos para subsanarlos.
Nuestro modelo educativo se basa en un plan de desarrollo de competencias cuyo objetivo es contribuir a la formación integral del estudiante. Se centra en el desarrollo completo de nuestros alumn@s y atiende a sus necesidades sociales, físicas, emocionales y culturales, además de su potencial académico. Tiene en cuenta los siguientes aspectos:
Uno de los rasgos más sobresalientes que desarrollamos, en beneficio de nuestros alumn@s, es su capacidad de adaptación a cualquier circunstancia personal. Por ello, nuestro sistema pedagógico es de apertura a toda “sana” corriente de pedagogía activa, en la que el niñ@ se sienta y sea el principal actor, considerándose los profesores como meros auxiliares, aunque insustituibles, o guías en el trabajo del alumn@, para partiendo de sus iniciativas (C. Freinet y M. Montessori) elaborar un sistema orgánico de trabajo.
Basados en estos criterios, nos ha servido de guía el método de Pierre FAURE: el trabajo personal del alumno ayudado por la atención inmediata del profesor-guía. Para ello es necesario deponer toda inclinación a la lección magistral, a dárselo todo hecho, al “magister dixit”.
La toma de contacto diaria y la “puesta en común” semanal, en la que el niñ@ desarrolla su necesidad de expresión, son momentos de la mayor monta en un ambiente de trabajo personal. Nos interesa más lo que el niñ@ “es”, que lo que el niñ@ “sabe”.
Este sistema de educación personalizada conlleva la dedicación concreta de cada individuo, y la aplicación de los remedios pertinentes en cada caso. No ignorando que cada individuo es una unidad irrepetible, que exige su propio cuidado.
Todo esto supone necesariamente y con antelación, la programación a escala general, y la planificación concreta del trabajo escolar.
Zona de los archivos adjuntos
Me llaman El Molino, pero en realidad ya no me dedico a esas tareas. Conservo ese nombre en recuerdo de mi otra vida
¡Entonces sí que era un auténtico molino!
Dejadme que os cuente...
Hace ya muchos años, muchos años, mi aspecto era el de un gran molino de piedra, alto y fuerte... y también formaba mucho ruido. Los labradores que cultivaban estas tierras me traían sus cosechas. Yo las molía y les devolvía unas veces aceite, otras harina para hacer pan y otras pienso para el ganado.
Frente a mi puerta, encontraréis un viejo amigo mío, un enorme castaño de indias que aún sigue viviendo por aquí. Es tan grande, que ha sido catalogado como especie protegida por su edad. Detrás del castaño encontraréis la Caseta de Santo Domingo, que da nombre a esta zona de Huétor Vega. Ahora está en ruinas, pero antiguamente vivían en ella muchas familias y muchos niños que venían a visitarme, como vosotros.
Con el tiempo los niños crecieron y las familias se fueron. Me quedé solo y dejé de moler. Años más tarde vinieron unos señores con aparatos y máquinas que hacían mucho ruido, rompían el suelo, abrían calles y construyeron muchos muros.
Durante años fui una casa y di cobijo a la familia Abril-Martos. Hasta que en el año 2006, se mudaron y dejaron que me dedicara a lo que realmente me gusta... los niños. Durante varios meses, Samuel y Antonio, remodelaron todas mis dependencias, me pintaron de arriba a abajo y me acondicionaron con toda clases de medidas de seguridad para que pudiera acogeros sin peligro.
Por fin, el 1 de junio de 2007, pude abrir mis puertas de nuevo, y el 3 de junio conocí a mi primer amiguito.
7:00 - 9:30 | LLegada, juegos, actividades y desayuno. |
9:30 - 11:30 | Programa de actividades deportivas y creativas. Talleres variados y programa de inglés. |
11:30 - 12:30 | Actividades acuáticas. |
12:30 - 15:30 | Juegos variados y almuerzo. |